- La fecha límite es el 15 de febrero 2013.
- Mejor BookTrailer ganará $1000 dólares.
- BookTrailer más divertido, $250 dólares.
- El BookTrailer tiene que ser sobre Days of Blood & Starlight
- Es internacional.
- No puede contener material con derechos de autor.
viernes, 28 de diciembre de 2012
Concurso de BookTrailers por Laini Taylor
Así como lo leyeron, Laini Taylor está haciendo un concurso de BookTrailers. Les dejo lo más importante de las bases x)
sábado, 22 de diciembre de 2012
Productor de la adaptación cinematogáfica del libro
Hace unos días, señaló Universal Pictures que ve este proyecto como una prioridad, el estudio ha establecido a Joe Roth (productor de Blancanieves y el Cazador) para producir la adaptación cinematográfica de Hija de Humo y Hueso, la novela de fantasía para jóvenes adultos por el National Book Award Finalist de Laini Taylor. Roth Film President Palak Patel será el productor ejecutivo.
Esta es una gran noticia, espero que pronto empiecen a revelar quien interpretará a Karou, Akiva...
Esta es una gran noticia, espero que pronto empiecen a revelar quien interpretará a Karou, Akiva...
lunes, 12 de noviembre de 2012
Fecha de lanzamiento de Days of blood & starlight en México
Ya tengo la respuesta a la pregunta del año, ¿cuando sale el libro en México? Me puse en contacto con Alfaguara y me dijeron que tienen contemplado sacar el libro a la venta en marzo del 2013. ¡Que emoción! A ahorrar, tenemos tiempo de sobra.
domingo, 28 de octubre de 2012
Portadas de Hija de humo y hueso de Brasil e Indonesia
jueves, 4 de octubre de 2012
Libro terminado
Hola :)
Por fin! el libro está terminado!
Ya está listo para que salga en las librerías de USA el 6 de noviembre, y recuerden, aquí en México aún no hay fecha, en cuanto sepa algo yo les informo ;)
¿Les gusta como se ve? este libro tiene 100 páginas más que Hija de Humo y Hueso. Y si quieren leer las primeras páginas (en inglés) solo den clic aquí.
Por fin! el libro está terminado!
Ya está listo para que salga en las librerías de USA el 6 de noviembre, y recuerden, aquí en México aún no hay fecha, en cuanto sepa algo yo les informo ;)
¿Les gusta como se ve? este libro tiene 100 páginas más que Hija de Humo y Hueso. Y si quieren leer las primeras páginas (en inglés) solo den clic aquí.
jueves, 13 de septiembre de 2012
Primeras páginas de Days of blood and starlight
Hola :D
Les traigo las primeras páginas de Days of bood and starlight, obviamente están en inglés, pero se las dejo para quien quiera echarle un vistazo. Recuerden que el libro sale el 6 de noviembre en USA, esperemos pronto haya fecha para México, lo más seguro es que Alfaguara sacará este libro.
Les traigo las primeras páginas de Days of bood and starlight, obviamente están en inglés, pero se las dejo para quien quiera echarle un vistazo. Recuerden que el libro sale el 6 de noviembre en USA, esperemos pronto haya fecha para México, lo más seguro es que Alfaguara sacará este libro.
jueves, 30 de agosto de 2012
En forma de libro
En forma de libro por primera vez! Días de sangre y luz de estrellas!
Se trata de la versión preliminar del Reino Unido (a la izquierda) y la muestra [primeras páginas] del Reino Unido (derecha). El libro cuenta con solo 513 páginas, el libro más grande que ha echo según Laini Taylor.
Y ya va a empezar a escribir el tercer libro!
Se trata de la versión preliminar del Reino Unido (a la izquierda) y la muestra [primeras páginas] del Reino Unido (derecha). El libro cuenta con solo 513 páginas, el libro más grande que ha echo según Laini Taylor.
Y ya va a empezar a escribir el tercer libro!
viernes, 27 de julio de 2012
Portada de UK
Hola gente guapa ;D
Ya se ya se, me les pierdo muy seguido e.e es que no hya noticias ni nada u.u
Bueno, encontré la portada de Days of blood and starligh de UK, animada y estática ;D les gusta? se ve preciosa!!!
PD: Alguien sabe de donde es esta portada??
martes, 24 de julio de 2012
Concursos en la blogosfera :)
Hola!
Vengo con un par de concursos en los blogs para quien quiera echarles un vistazo y participar ;)
Vengo con un par de concursos en los blogs para quien quiera echarles un vistazo y participar ;)
Concurso en Chaos Angeles
Premio: Canciones para Paula
Termina el 11 de agosto.
Clic en la imagen para ir a las bases.
Concurso en El Cabo del Olvido
Premio: 20 euros en Book Depository
Termina el 13 de agosto.
Clic en la imagen para ir a las bases.
Concurso en El Librero de Tetsu Hana
Premio: Libro a escoger
Termina el 15 de agosto.
Clic en la imagen para ir a las bases.
Concurso en Anubis Tale
Premio: 3 libros
Termina el 31 de julio.
Clic en la imagen para ir al concurso.
Concurso en La última página
Premio: 20 euros en Book Depository
Termina el 20 de agosto.
Clic en la imagen para ir a las bases.
Concurso en Algo más que libros
Premio: El final de todos los inviernos
Termina el 25 de agosto.
Clic en la imagen para ir a las bases
jueves, 19 de julio de 2012
nanananananann Batman!
Jajaja Hola :D
En la ComicCon [que no se donde fue e.e] estuvo Batman :D leyendo Days of Blood and Starlight [disponible el 6 de noviembre en USA], como ven?
No tenía nada que subir al blog y se me ocurrió esto xD aparte subí la foto para que se rieran un rato :)
Por cierto, no ha habido noticias de la película :/ ni de nada, por ese motivo es que no he actualizado el blog.
Saludos.
En la ComicCon [que no se donde fue e.e] estuvo Batman :D leyendo Days of Blood and Starlight [disponible el 6 de noviembre en USA], como ven?
No tenía nada que subir al blog y se me ocurrió esto xD aparte subí la foto para que se rieran un rato :)
Por cierto, no ha habido noticias de la película :/ ni de nada, por ese motivo es que no he actualizado el blog.
Saludos.
domingo, 8 de julio de 2012
Gana un viaje a Praga!
Hola :D aun vivo xD jajaj lo que pasa es que no había habido noticias nuevas acerca del libro, ni de la película ni de nada de nada... hasta hoy O.o
Lo que pasa es que Laini Taylor junto con HostelBookers están regalando un viaje a Praga :D todo pagado + 100 copias del libro de Hija de Humo y Hueso edición de bolsillo.
Solo piquenle a la imagen xD para que sepan como ganar :)
Lo que pasa es que Laini Taylor junto con HostelBookers están regalando un viaje a Praga :D todo pagado + 100 copias del libro de Hija de Humo y Hueso edición de bolsillo.
Solo piquenle a la imagen xD para que sepan como ganar :)
lunes, 18 de junio de 2012
Novedades en Alfaguara [Junio]
Título: Steve Jobs
Autor: Karen Blumenthal
En STEVE JOBS encontrarás una figura realmente atractiva: un ejemplo de coraje, creatividad e iniciativa, todo un icono del siglo XXI. La trayectoria de este genio fue impredecible desde el inicio. Al nacer, fue dado en adopción, abandonó la carrera tras el primer semestre en la universidad…Sin embargo, con tan solo veinte años, creó Apple en el garaje de su casa junto con su amigo Steve Wozniack. Y así surgió su marca personal: una rigurosa búsqueda de perfección, un modo alternativo de acercarse a los problemas y un estilo que le llevó más allá de todo límite. Steve Jobs no solo te interesará por sus computadoras, iPads e iPods, sino por cómo era y cómo vivió su vida: un visionario con un complicado carácter que resultó ser todo un ejemplo de lo que se puede conseguir si uno persigue sus sueños y permanece fiel a sí mismo. Más que aparatos electrónicos, lo que Jobs dejó a los jóvenes fueron importantes lecciones de vida: un modelo de coraje, de iniciativa y de creatividad. Esta es la historia, escrita de la manera que a ti te gustaría que te la contaran.
Título: Diez cosas que hicimos (y que probablemente no deberíamos haber hecho)
Autor: Sarah Mlynowsky
April tiene 16 años y lleva un año viviendo en casa de su mejor amiga, ¡las dos solas! Aún no sabe cómo consiguió que su padre la dejara. Bueno, tal vez se le olvidó comentarle que la madre de Vi no iba a vivir con ellas. Y, claro, luego se complicó todo: compraron el jacuzzi, llegó la esperada noche con Noah y lo de la fiesta… Mentiras, diversión, amor, familia y algunas cosas que hicieron… y que probablemente no deberían haber hecho.
Título: Deseos
Autor: Kirsten Miller
Autor: Karen Blumenthal
En STEVE JOBS encontrarás una figura realmente atractiva: un ejemplo de coraje, creatividad e iniciativa, todo un icono del siglo XXI. La trayectoria de este genio fue impredecible desde el inicio. Al nacer, fue dado en adopción, abandonó la carrera tras el primer semestre en la universidad…Sin embargo, con tan solo veinte años, creó Apple en el garaje de su casa junto con su amigo Steve Wozniack. Y así surgió su marca personal: una rigurosa búsqueda de perfección, un modo alternativo de acercarse a los problemas y un estilo que le llevó más allá de todo límite. Steve Jobs no solo te interesará por sus computadoras, iPads e iPods, sino por cómo era y cómo vivió su vida: un visionario con un complicado carácter que resultó ser todo un ejemplo de lo que se puede conseguir si uno persigue sus sueños y permanece fiel a sí mismo. Más que aparatos electrónicos, lo que Jobs dejó a los jóvenes fueron importantes lecciones de vida: un modelo de coraje, de iniciativa y de creatividad. Esta es la historia, escrita de la manera que a ti te gustaría que te la contaran.
Título: Diez cosas que hicimos (y que probablemente no deberíamos haber hecho)
Autor: Sarah Mlynowsky
April tiene 16 años y lleva un año viviendo en casa de su mejor amiga, ¡las dos solas! Aún no sabe cómo consiguió que su padre la dejara. Bueno, tal vez se le olvidó comentarle que la madre de Vi no iba a vivir con ellas. Y, claro, luego se complicó todo: compraron el jacuzzi, llegó la esperada noche con Noah y lo de la fiesta… Mentiras, diversión, amor, familia y algunas cosas que hicieron… y que probablemente no deberían haber hecho.
Título: Deseos
Autor: Kirsten Miller
Hace año y medio que Haven descubrió la verdad de las extrañas visiones que la acosaban. No eran alucinaciones ni fantasías, eran memorias, escenas de las que había sido testigo en vidas previas. Y fue hace un año ya que Haven Moore huyó a Roma, dejando atrás a la Sociedad Ouroboros y a su diabólico líder, Adam Rosier.
Ahora, Haven está de regreso en Nueva York con su amado Iain (a quien creen muerto) y ha vuelto con una misión: seducir a Adam para salvar la vida de su mejor amigo, Beau Decker. Pero si Adam descubre el engaño, no les dará una segunda oportunidad.
¿Qué tan lejos llegará Haven por la gente que ama?
jueves, 14 de junio de 2012
Concurso en El Rincón de las Hadas
Hola gente sexy :P
Vengo a avisarles para los que aún no se enteran, El rincón de las Hadas [mi otro blog] está organizando un concurso super genial *-* podrían ganar sagas y dijes de Monster High ! :D
Vengo a avisarles para los que aún no se enteran, El rincón de las Hadas [mi otro blog] está organizando un concurso super genial *-* podrían ganar sagas y dijes de Monster High ! :D
Para saber las bases solo pinchen en la imagen ^^
martes, 12 de junio de 2012
Libro terminado
yyeeeiii! El titulo lo dice todo :D por fin Laini Taylor terminó el libro Days of blood and starligh que próximamente será estrenado en USA [6 de noviembre], así que... solo nos queda esperar a que salga, lo traduzcan y lo manden a México T.T a esperar!
Visita el blog de Laini.
PD: Disculpen la ausencia, es que no habían salido noticias nuevas :P
PD dos xD : Próximamente concurso :D Monster High..
Visita el blog de Laini.
PD: Disculpen la ausencia, es que no habían salido noticias nuevas :P
PD dos xD : Próximamente concurso :D Monster High..
jueves, 7 de junio de 2012
Votación Mi Blog a la Monster High
Hola gente bonita ^^ Vengo a pedirles un grandisimo favor :) Pues verán, tengo otro blog y con el estoy participando en un concurso que realiza Alfaguara, consiste es disfrazar el blog al estilo Monster High y el blog que mas votos reciba ganará libros para ser rifados entre los fans :D así que me gustaría que me regalaran un voto, solo entren aqui y denle Me Gusta a la foto :)
Recuerden, el premio no es para mi, es para ustedes :D
Gracias!
Recuerden, el premio no es para mi, es para ustedes :D
Gracias!
miércoles, 6 de junio de 2012
Imágenes estilo comic ;)
Hola :D navegando por la web, me encontré con 2 imágenes muy al estilo comic :) y quise compartirlas con ustedes, que les parece? son dibujadas por el esposo de Laini, Jim Di Bartolo :)
Clic en las imágenes para verlas mas grandes
lunes, 28 de mayo de 2012
Edición de bolsillo
Hola :D hoy navegando por la web, me encontré con la portada de la edición de bolsillo de Hija de Humo y Hueso, la verdad se ve casi igual a la edición normal, pero no deja de esta genial, que opinan?
viernes, 25 de mayo de 2012
jueves, 24 de mayo de 2012
Fecha de lanzamiento de Days of blood and starlight
Que notición! :D jaja vagando por la web se me ocurrió investigar que día salía la segunda parte de Hija de Humo y Hueso, y pues encontré lo que quería saber ;D
Days of blood and starlight [Días de sangre y luz de estrellas]
Laini Taylor
Fecha de lanzamiento: 6 de noviembre 2012
Páginas: 304
Idioma: Inglés
ISBN-10: 0316133973
ISBN-13: 978-0316133975
En esta impresionante secuela de la aclamada Hija del humo y hueso, Karou debe llegar a un acuerdo con quién y lo que es, y qué tan lejos se irá a vengar a su pueblo. Llena con desamor y belleza, misterios y secretos, nuevos y viejos personajes, Días de sangre y luz de estrellas trae la riqueza, el color y la intensidad del primer libro en un lienzo nuevo.
Days of blood and starlight [Días de sangre y luz de estrellas]
Laini Taylor
Fecha de lanzamiento: 6 de noviembre 2012
Páginas: 304
Idioma: Inglés
ISBN-10: 0316133973
ISBN-13: 978-0316133975
En esta impresionante secuela de la aclamada Hija del humo y hueso, Karou debe llegar a un acuerdo con quién y lo que es, y qué tan lejos se irá a vengar a su pueblo. Llena con desamor y belleza, misterios y secretos, nuevos y viejos personajes, Días de sangre y luz de estrellas trae la riqueza, el color y la intensidad del primer libro en un lienzo nuevo.
En español aun no se nada, lo mas seguro es que salga como a mediados del 2013, ya que se tiene que traducir el libro y eso. Vean el lado bueno, saliendo este libro ya será menos tiempo el que tendremos que esperar para que salga en español ;)
Posters no oficiales de la pelicula
Hoy andaba muy emocionada por que había visto unos posters que parecían ser oficiales de la pelicula Daughter of smoke and bone, pero luego de investigar descubrí que son fan arts, no son oficiales, así que si los ven no crean que son oficiales, aun no publican posters ni nada, apenas se está planeado la pelicula. Cuando salga algo oficial relacionado con la peli, con mucho gusto lo publicaré aquí ;)
Pd: Aun no hay fecha del lanzamiento de la película, solo se que es en el 2013, cuando sepa algo les aviso.
Pd: Aun no hay fecha del lanzamiento de la película, solo se que es en el 2013, cuando sepa algo les aviso.
Actualizado!
jueves, 17 de mayo de 2012
El libro más vendido en mi ciudad :D
Hola! Hoy ando muy contenta porque descubrí que en una librería de mi ciudad, Hija de Humo y Hueso es uno de los libros más vendidos :D (*celebrando* xD), hay que seguir promocionando este libro para que más gente lo conozca :D ya logré que más amigos lo compraran y lo leyeran :D
lunes, 14 de mayo de 2012
Recomendaciones de libros: Oscuros
Hola! :D hoy vengo a recomendarles un libro que a mi la verdad me ha fascinado *-* es de mis favoritos.
Este es el primer libro de una saga, constará de 5 libros, faltan que salgan dos, saldrán a finales del año en español, en inglés salen si no me equivoco en Julio o Junio, en lo personal, de los 3 libros que han salidos, este es el que mas me ha gustado.
Título: Oscuros (Fallen)
Autor: Lauren Kate
Editorial: Montena
Luce Price cree que no es su sitio, pero ahí está, en el reformatorio Espada y Cruz de Savannah, Georgia, al que ha ido a parar después de que su casi novio muriera en un extraño incendio. El juez no lo dudó cuando ordenó su ingreso… y eso que no sabía nada de esas sombras que la acosan, seres oscuros e indefinibles de los que nunca ha podido hablar a nadie.
Pero ahí está, a sus 16 años, tan cerca de su casa, tan lejos de su mundo, por mandato judicial, al igual que el resto de los adolescentes internos. Y todo es extraño en este centro lúgubre, que se levanta sobre las ruinas de una antigua academia militar, junto a un cementerio de la Guerra Civil, y cuya piscina se ubica entre los muros de una Iglesia. Peor: les obligan a vestir de negro, los móviles están prohibidos y las dependencias han sido sembradas de cámaras de seguridad. Encantador.
Lo único vagamente familiar es ese guapísimo rubio que la mira desde el otro lado del patio. Daniel, le dicen que se llama. ¿De verdad lo conoce de algo, de antes? Luce duda, aunque peor que esa incertidumbre es comprobar que él tan pronto la desprecia como la llama a su lado para luego salir huyendo.
Además, ¿qué necesidad tiene de todo esto cuando hay otro chico tan guapo o más que está coladito por ella?
Sin embargo, hay algo inquietante en el pluscuamperfecto Cam, por no hablar de que él y Daniel se profesan un odio impropio de gente tan joven. Se diría que se aborrecen desde siglos atrás…
Nada tiene sentido, y todo es susceptible de empeorar.
Un día Daniel se sincera: «Yo vivo eternamente. Apareces de nuevo cada diecisiete años. Y nos encontramos, siempre nos encontramos. Tú te enamoras de mí y yo me enamoro de ti. El problema es que te mata». Y así es desde el principio de los tiempos.
Este es el primer libro de una saga, constará de 5 libros, faltan que salgan dos, saldrán a finales del año en español, en inglés salen si no me equivoco en Julio o Junio, en lo personal, de los 3 libros que han salidos, este es el que mas me ha gustado.
Título: Oscuros (Fallen)
Autor: Lauren Kate
Editorial: Montena
Luce Price cree que no es su sitio, pero ahí está, en el reformatorio Espada y Cruz de Savannah, Georgia, al que ha ido a parar después de que su casi novio muriera en un extraño incendio. El juez no lo dudó cuando ordenó su ingreso… y eso que no sabía nada de esas sombras que la acosan, seres oscuros e indefinibles de los que nunca ha podido hablar a nadie.
Pero ahí está, a sus 16 años, tan cerca de su casa, tan lejos de su mundo, por mandato judicial, al igual que el resto de los adolescentes internos. Y todo es extraño en este centro lúgubre, que se levanta sobre las ruinas de una antigua academia militar, junto a un cementerio de la Guerra Civil, y cuya piscina se ubica entre los muros de una Iglesia. Peor: les obligan a vestir de negro, los móviles están prohibidos y las dependencias han sido sembradas de cámaras de seguridad. Encantador.
Lo único vagamente familiar es ese guapísimo rubio que la mira desde el otro lado del patio. Daniel, le dicen que se llama. ¿De verdad lo conoce de algo, de antes? Luce duda, aunque peor que esa incertidumbre es comprobar que él tan pronto la desprecia como la llama a su lado para luego salir huyendo.
Además, ¿qué necesidad tiene de todo esto cuando hay otro chico tan guapo o más que está coladito por ella?
Sin embargo, hay algo inquietante en el pluscuamperfecto Cam, por no hablar de que él y Daniel se profesan un odio impropio de gente tan joven. Se diría que se aborrecen desde siglos atrás…
Nada tiene sentido, y todo es susceptible de empeorar.
Un día Daniel se sincera: «Yo vivo eternamente. Apareces de nuevo cada diecisiete años. Y nos encontramos, siempre nos encontramos. Tú te enamoras de mí y yo me enamoro de ti. El problema es que te mata». Y así es desde el principio de los tiempos.
miércoles, 9 de mayo de 2012
Portada griega!!
Hola! :D Hoy navegando por la web (para más exacta en la página de Laini Taylor) me encontré con la portada griega de Hija de Humo y Hueso :D para mi, sinceramente, como que le faltó color :P le falta un no se que, que que se yo, ustedes que opinan?? les gusta??
PD: Su escritura es extraña.
PD: Su escritura es extraña.
Akiva y Karou ♥ |
lunes, 7 de mayo de 2012
Recomendación de libros: Ghostgirl: ¿Descanse en Paz?
Hola! Hoy vengo a recomendarles un libro que la verdad me ha fascinado, es de mis favoritos, si aún no lo han leído que esperan! está increíble :D
Título: Ghostgirl: ¿Descanse en Paz?
Autor: Tonya Hurley
Editorial: Alfaguara
¿Alguna vez te has sentido invisible?
En el mundo
yo era sólo una persona más,
pero anhelaba ser el mundo
para una persona.
Cuando la popularidad
es cuestión de vida o muerte..
Charlotte Usher se siente prácticamente invisible hasta que un día lo es de verdad. Peor aún: está muerta. Y todo por culpa de un osito de goma. Pero la muerte no impide que Charlotte siga con su plan. Todo lo contrario, se vuelve mucho más creativa y hará cualquier cosa por conseguir su objetivo: ser popular para seducir al chico que ama.
Título: Ghostgirl: ¿Descanse en Paz?
Autor: Tonya Hurley
Editorial: Alfaguara
¿Alguna vez te has sentido invisible?
En el mundo
yo era sólo una persona más,
pero anhelaba ser el mundo
para una persona.
Cuando la popularidad
es cuestión de vida o muerte..
Charlotte Usher se siente prácticamente invisible hasta que un día lo es de verdad. Peor aún: está muerta. Y todo por culpa de un osito de goma. Pero la muerte no impide que Charlotte siga con su plan. Todo lo contrario, se vuelve mucho más creativa y hará cualquier cosa por conseguir su objetivo: ser popular para seducir al chico que ama.
miércoles, 2 de mayo de 2012
Días de sangre y luz de estrellas
"Érase una vez, un ángel y un demonio que se enamoraron y se atrevieron a imaginar una nueva forma de vida sin masacres, sin gargantas rotas y sin las hogueras de los caídos, sin aparecidos o ejércitos bastardos que arrancaban a los niños de los brazos de sus madres, para tomar su turno en el matar y morir.
Una vez, los amantes estaba entrelazados en un templo secreto de la luna y soñaban con un mundo que era como un joyero sin joyas, un paraíso esperando a que se encontraran y llenar con su felicidad.
Este no era ese mundo."
Les parece interesante?? ;) esperen la segunda parte de Hija de Humo y Hueso, Días de sangre y luz de estrella, en octubre el 6 de noviembre de 2012 [EUA].
martes, 1 de mayo de 2012
Recomendaciones de libros: El alquimista
Hoy vengo a recomendarles este libro, yo lo tengo y me encantó!! Si en verdad tienen un sueño les conviene leerlo ;) te motiva a que continúes. Como yo ando en proceso de escribir un libro, la verdad ese libro si me ayudó y mucho ;)
Título: El alquimista
Autor: Paulo Coelho
Editorial: Grijalbo
Recomendado por mí.
Cuando una persona desea realmente algo, el Universo entero conspira para que pueda realizar su sueño. Basta con aprender a escuchar los dictados del corazón y a descifrar el lenguaje que está más allá de las palabras. El Alquimista relata las aventuras de Santiago, un joven pastor andaluz que un día abandona su rebaño para ir en pos de una quimera. Un enriquecedor viaje por las arenas del desierto que recrea un símbolo hermoso y revelador de la vida, el hombre y sus sueños.
Título: El alquimista
Autor: Paulo Coelho
Editorial: Grijalbo
Recomendado por mí.
Cuando una persona desea realmente algo, el Universo entero conspira para que pueda realizar su sueño. Basta con aprender a escuchar los dictados del corazón y a descifrar el lenguaje que está más allá de las palabras. El Alquimista relata las aventuras de Santiago, un joven pastor andaluz que un día abandona su rebaño para ir en pos de una quimera. Un enriquecedor viaje por las arenas del desierto que recrea un símbolo hermoso y revelador de la vida, el hombre y sus sueños.
lunes, 30 de abril de 2012
Recomendaciones de libros: Un regalo del cielo
Vamos a iniciar con recomendaciones de libros :D este es el primer libro que nos recomiendan leer:
Título: Un regalo del cielo
Autor: Cecelia Ahern
Editorial: Planeta
Recomendado por: Laura G Galvan
Lou Suffern es un ejecutivo de éxito que no empatiza para nada con el espíritu navideño que parece haber invadido a todos los que tiene a su alrededor. Es el clásico adicto al trabajo que nunca tiene un minuto libre y le dedica poquísimo tiempo a su mujer y a sus adorados hijos. Una mañana, en un asombroso ataque de generosidad, compra un café para Gabe, un vagabundo que se sienta cada mañana en la puerta de su oficina. Sorprendido por su propio acto decide ir más allá y le ofrece un trabajo a Gabe en el departamento de paquetería de su empresa. Pero cuando Gabe se empieza a entrometer demasiado en la vida de Lou, piensa que todo ha sido un error...Gabe parece saber más sobre Lou de lo que él mismo sabe, y lo que le resulta más inquietante es que Gabe parece estar siempre en dos sitios a la vez... Gabe, por su lado, tiene una misión: intentar que Lou aprenda a valorar las cosas que realmente importan en la vida... ¿Lo conseguirá antes de que sea demasiado tarde?
Cecelia Ahern, autora del gran éxito Posdata: te quiero, nos vuelve a sorprender con su nueva novela Un regalo del cielo, una divertida, cálida e inteligente fábula contemporánea sobre el amor, la esperanza, los remordimientos y las segundas oportunidades.
Título: Un regalo del cielo
Autor: Cecelia Ahern
Editorial: Planeta
Recomendado por: Laura G Galvan
Lou Suffern es un ejecutivo de éxito que no empatiza para nada con el espíritu navideño que parece haber invadido a todos los que tiene a su alrededor. Es el clásico adicto al trabajo que nunca tiene un minuto libre y le dedica poquísimo tiempo a su mujer y a sus adorados hijos. Una mañana, en un asombroso ataque de generosidad, compra un café para Gabe, un vagabundo que se sienta cada mañana en la puerta de su oficina. Sorprendido por su propio acto decide ir más allá y le ofrece un trabajo a Gabe en el departamento de paquetería de su empresa. Pero cuando Gabe se empieza a entrometer demasiado en la vida de Lou, piensa que todo ha sido un error...Gabe parece saber más sobre Lou de lo que él mismo sabe, y lo que le resulta más inquietante es que Gabe parece estar siempre en dos sitios a la vez... Gabe, por su lado, tiene una misión: intentar que Lou aprenda a valorar las cosas que realmente importan en la vida... ¿Lo conseguirá antes de que sea demasiado tarde?
Cecelia Ahern, autora del gran éxito Posdata: te quiero, nos vuelve a sorprender con su nueva novela Un regalo del cielo, una divertida, cálida e inteligente fábula contemporánea sobre el amor, la esperanza, los remordimientos y las segundas oportunidades.
jueves, 26 de abril de 2012
El retrato de Karou
Hola gente :)
Hoy navegando por la web, me encontré con estas dos imágenes, son retratos de Karou dibujados por el esposo de Laini, Jim Di Bartolo, la verdad me fascinaron esas imágenes, dibuja precioso, mis respetos para él :)
Si quieren visitar su blog den clic aquí.
miércoles, 25 de abril de 2012
Dije de Brimstone
Hola :D
Si alguien de ustedes quiere el Dije de Brimstone y aún no compran el libro, esta es su oportunidad! En la compra del libro por internet (en Gandhi, Sanborns, El Sótano) recibirán gratis el dije, pero ojo, SOLO POR INTERNET!
Corran a comprar el libro por que los dijes son limitados!
Si alguien de ustedes quiere el Dije de Brimstone y aún no compran el libro, esta es su oportunidad! En la compra del libro por internet (en Gandhi, Sanborns, El Sótano) recibirán gratis el dije, pero ojo, SOLO POR INTERNET!
Corran a comprar el libro por que los dijes son limitados!
sábado, 21 de abril de 2012
Segundo capitulo
Hola :D vengo a traerles el segundo capitulo del libro, para que así se enganchen más en la historia y compren el libro ;D
Los lunes, los miércoles y los viernes, la primera clase de Karou era dibujo del natural. Cuando entró en el estudio, su amiga Zuzana ya estaba allí y había colocado dos caballetes frente a la tarima del modelo. Karou descargó la carpeta de su hombro, se quitó el abrigo y la bufanda y comentó: —Me han acosado.
Su amiga arqueó una ceja con la maestría que poseía para ese tipo de gestos, y que tanta envidia provocaba en Karou. Ella no lograba mover las suyas de forma independiente, lo que restaba intensidad a sus expresiones de desconfianza y desdén.Zuzana transmitía ambos sentimientos a la perfección, pero en este caso se trataba de un movimiento más sutil, de mera curiosidad.
—No me digas que el zopenco ha tratado de asustarte otra vez.
—Está pasando por una fase vampírica. Me mordió el cuello.
—Vaya con los actores —refunfuñó Zuzana—. Lo que deberías hacer es defenderte de ese fracasado con un Taser. Para que aprenda a no ir por ahí saltando encima de la gente.
—No tengo una pistola de esas —Karou no añadió que tampoco la necesitaba; era perfectamente capaz de defenderse sin electricidad. Había recibido una educación muy especial.
—Pues consigue una. De verdad. El mal comportamiento debe ser castigado. Y además, sería divertido. ¿No crees? Siempre he querido disparar una. ¡Zas! —Zuzana se agitó como si sufriera convulsiones.
Karou sacudió la cabeza.
—De eso nada, pequeña salvaje, no creo que fuera divertido. Eres terrible.
—Yo no soy terrible. Kaz sí. Dime que no tengo que recordártelo —Zuzana clavó la mirada en Karou—. Prométeme que no estás ni siquiera considerando perdonarle.
—Te lo prometo —afirmó Karou—. Solo intento que él lo crea.
Kaz no concebía que una chica decidiera renunciar a sus encantos. Y ella no había hecho más que reforzar su vanidad durante los meses que había durado su relación, mirándole con ojos soñadores, entregándole… ¿todo? Karou pensaba que sus actuales intentos de cortejarla eran mero fruto del orgullo, para demostrarse a sí mismo que podía conseguir lo que quisiera. Que las decisiones las tomaba él.
Quizá Zuzana tuviera razón. Tal vez debería electrocutarle.
—Cuaderno de bocetos —ordenó Zuzana extendiendo la mano como el cirujano que solicita un escalpelo.
La mejor amiga de Karou era tan autoritaria como menuda: solo superaba el metro y medio cuando se calzaba sus botas de plataforma. Karou medía 1,70, aunque parecía más alta, igual que las bailarinas, con sus delicados cuellos y extremidades esbeltas. Su complexión se asemejaba mucho a la de una bailarina, pero no así su estilo. Pocas bailarinas llevan el pelo azul brillante o un rosario de tatuajes por el cuerpo, y Karou lucía ambos.
Al sacar el cuaderno de bocetos y entregárselo a su amiga, los únicos tatuajes que quedaron a la vista fueron los de sus muñecas; una sola palabra, a modo de brazalete, en cada una: historia y real.
Cuando Zuzana tomó el cuaderno, otros dos estudiantes, Pavel y Dina, se acercaron rápidamente para escudriñar por encima de su hombro. Los cuadernos de Karou eran objeto de culto en la escuela, y cada día pasaban de mano en mano para ser admirados. Este, el número 92 de una serie que abarcaba toda su vida, estaba sujeto con gomas y, tan pronto como Zuzana las retiró, se abrió de golpe. Las páginas estaban tan cubiertas de yeso y pintura que las tapas apenas podían contenerlas. En aquel abanico de hojas surgieron los personajes habituales de Karou, profundamente extraños y representados con maestría.
Allí estaba Issa, serpiente de cintura para abajo y mujer de cintura para arriba, con los pechos turgentes y desnudos de las tallas del Kama Sutra, la capucha y los colmillos de una cobra y un rostro bondadoso.
Twiga, con cuello de jirafa y encorvado con su lupa de joyero incrustada en su ojo entrecerrado.
Yasri, con pico de loro, ojos humanos y una cascada de rizos anaranjados que escapaban del pañuelo que le cubría la cabeza. Esta vez aparecía con una bandeja de fruta y una jarra de vino.
Y por supuesto, Brimstone, la estrella de sus dibujos. Lo había representado con Kishmish posado en uno de sus enormes cuernos de carnero. En las historias fantásticas que Karou relataba en sus cuadernos, Brimstone comerciaba con deseos. En ocasiones, lo apodaba el «Traficante de Deseos», en otras, simplemente el «Gruñón».
Karou dibujaba aquellas criaturas desde que era pequeña, y sus amigos solían hablar de ellas como si fueran reales.
—¿Qué ha hecho Brimstone este fin de semana? —preguntó Zuzana.
—Lo habitual —respondió Karou—. Comprar dientes a asesinos. Ayer un repugnante furtivo somalí le llevó dientes de cocodrilo del Nilo, pero el muy idiota trató de robar a Brimstone y estuvo a punto de morir estrangulado por su collar de serpiente. Tiene suerte de seguir vivo.
Zuzana encontró la escena ilustrada en las últimas páginas dibujadas del cuaderno: el somalí, con los ojos desencajados y una delgadísima serpiente comprimiéndole la garganta como la soga de un garrote. Karou le había explicado que para entrar en la tienda de Brimstone, los humanos debían acceder a colocarse una de las serpientes de Issa en torno al cuello. De aquel modo, resultaba sencillo atajar cualquier maniobra sospechosa (por estrangulación, que no siempre era mortal, o, en caso necesario, con una mordedura en la garganta, que sí lo era).
—Estás como una cabra, ¿cómo te inventas todo esto? —preguntó Zuzana con asombro y envidia.
—¿Quién ha dicho que lo invente? No dejo de repetirte que es real.
—Ya, y tu pelo crece con ese color de forma natural, ¿no?
—Claro que sí —afirmó Karou pasando un largo mechón azulado entre sus dedos.
—Ya, lo que tú digas.
Karou se encogió de hombros y recogió su cabellera en un enmarañado moño, que se sujetó a la nuca con un pincel. Su pelo crecía realmente de aquel color, tan azul como el ultramarino recién salido del tubo de pintura, pero lo afirmaba con un toque de ironía, como si fuera algo absurdo. Con el paso del tiempo, había descubierto que bastaba una sonrisa lánguida para que su sinceridad pasara desapercibida. Resultaba más
sencillo que recordar un montón de mentiras, así que quedó integrado en su forma de ser: Karou, la chica con sonrisa irónica y desbordante imaginación.
En realidad, todas aquellas locuras no nacían de su imaginación, sino de su propia vida —el pelo azul, Brimstone y todo lo demás—.
Zuzana alargó el cuaderno a Pavel y comenzó a pasar las hojas de su enorme bloc de dibujo en busca de una hoja en blanco.
—¿Quién posará hoy?
—Seguramente Wiktor —respondió Karou—. Hace bastante que no le tenemos de modelo.
—Lo sé. Y espero que se haya muerto.
—¡Zuzana!
—¿Qué? Es un vejestorio. Sería lo mismo dibujar un esqueleto que a ese decrépito saco de huesos.
Disponían de unos doce modelos, masculinos, femeninos y de edades y complexiones diversas, que se turnaban a lo largo del curso. Abarcaban desde la corpulenta señora Svobodnik, cuyas carnes se asemejaban más a un paisaje que a una figura, hasta la frágil Eliska, con su cintura de avispa, la preferida por los chicos de la clase. El viejo Wiktor era el que menos agradaba a Zuzana, que afirmaba tener pesadillas cada vez que debía dibujarlo.
—Parece una momia sin vendas —se estremeció—. Dime si mirar a un viejo desnudo es una forma adecuada de empezar el día.
—Mejor que ser atacada por un vampiro —replicó Karou.
De hecho, a Karou no le importaba dibujar a Wiktor, por una razón concreta: era tan miope que nunca establecía contacto visual con los estudiantes, lo que suponía una ventaja. A pesar de los años que llevaba dibujando desnudos, todavía la perturbaba esbozar a un modelo joven y encontrar sus ojos clavados en ella al levantar la mirada después de realizar un estudio de su pene —un estudio necesario; no se
podía dejar la zona en blanco sin más—. Muchas veces, al notar que las mejillas le ardían, Karou se había ocultado tras el caballete.
Aunque aquellas situaciones no tardarían en quedar reducidas a insignificancias, comparadas con la mortificación que le aguardaba.
Estaba afilando el lápiz con una cuchilla de afeitar cuando Zuzana exclamó con voz extraña y disgustada:
—¡Dios mío, Karou!
Supo lo que ocurría antes incluso de alzar la vista.
Una exhibición, había dicho él. Qué inteligente. Levantó los ojos del lapicero y vio a Kaz, de pie junto a la profesora Fiala. Iba descalzo y vestido con una bata, y con su larga cabellera dorada, minutos antes revuelta por el viento y cubierta de brillantes copos de nieve, recogida en una coleta. Su rostro mostraba una perfecta combinación de rasgos eslavos y líneas sensuales: pómulos que parecían torneados por un cortador de diamantes, y labios que invitaban a rozarlos con la yema de los dedos para comprobar si tenían tacto de terciopelo. Karou sabía que así era. Estúpidos labios.
Un aluvión de susurros invadió la estancia. Un modelo nuevo, Dios mío, qué guapo…
Un comentario destacó entre el resto:
—¿No es el novio de Karou?
Ex, deseó replicar ella con brusquedad. Absolutamente ex.
—Creo que sí. Mírale…
Karou estaba mirándole, con la expresión congelada en lo que deseaba fuera una máscara de tranquilidad impenetrable. No te ruborices, se ordenó a sí misma. No te ruborices. Kaz le devolvió la mirada con ojos perezosos y divertidos, y una sonrisa que le dibujaba un hoyuelo en una de las mejillas. Y, cuando estuvo seguro de contar con su atención, le guiñó un ojo con descaro.
Un estallido de risitas envolvió a Karou.
—Maldito bastardo… —musitó Zuzana.
Kaz se subió a la tarima del modelo, miró directamente a Karou mientras se desataba el cinturón y, sin retirar los ojos de ella, se quitó la bata. Entonces apareció, delante de toda la clase, el cuerpo de su ex novio, increíblemente bello y desnudo como el David de Miguel Ángel. Y sobre su pecho, justo enci
ma del corazón, un nuevo tatuaje.
Una elaborada K en cursiva.
De nuevo se escucharon risas ahogadas. Los estudiantes no sabían a quién mirar, si a Karou o a Kazimir, y dirigían los ojos de uno a otro, esperando que estallara el conflicto.
—¡Silencio! —ordenó consternada la señora Fiala, sin dejar de dar palmadas hasta que se sofocaron las risitas.
En ese momento, Karou sintió cómo el rubor encendía su cara. No pudo evitarlo. El calor le invadió primero el pecho y el cuello, y luego todo el rostro. Kaz no dejaba de mirarla y, cuando percibió la reacción de Karou, la satisfacción marcó aún más el hoyuelo de su mejilla.
—Kazimir, por favor, posturas de un minuto —solicitó Fiala.
Kaz adoptó la primera postura y fue cambiándola, como correspondía a ese tipo de ejercicio dinámico: torso girado, músculos tensos, extremidades estiradas simulando acción. El objetivo de estos primeros bocetos era trabajar el movimiento y las líneas sueltas, y Kaz aprovechó la oportunidad para exhibirse. Karou pensó que no se escuchaban muchos lápices rascando el papel. ¿Estarían las demás chicas de la clase tan estúpidamente embelesadas como ella?
Bajó la cabeza, tomó el lápiz afilado —imaginando otros usos a los que le encantaría dedicarlo— y comenzó a dibujar. Líneas rápidas y fluidas y todos los bocetos en una sola página, solapados para dar la sensación de una ilustración de danza.
Kaz se movía con elegancia y, como había dedicado tanto tiempo a contemplarse en el espejo, sabía utilizar su cuerpo para impresionar. Era una herramienta más del actor, como él mismo habría afirmado, igual que la voz. Kaz era un actor pésimo —por eso se ganaba la vida organizando visitas turísticas fantasmagóricas y participando en alguna producción de bajo presupuesto de Fausto—, pero resultaba un modelo magnífico. Karou lo sabía bien, ya que le había dibujado en numerosas ocasiones.
Desde el primer momento que le vio… expuesto…, le había recordado una pintura de Miguel Ángel. Al contrario de algunos artistas renacentistas que preferían modelos delgados y amanerados, Miguel Ángel optó por mineros de hombros robustos a los que, de alguna manera, consiguió representar con sensualidad y elegancia. Así era Kaz: sensual y elegante.
Y embustero. Y narcisista. Y, sinceramente, algo tonto.
—¡Karou! —cuchicheó Helen, una estudiante británica, tratando de llamar su atención con insistencia—. ¿Es él?
Karou la ignoró y siguió dibujando como si no ocurriera nada excepcional. Otro día más de clase. ¿Y el hoyuelo insolente en la mejilla del modelo, que no le quitaba los ojos de encima? Trató de sobreponerse a ello lo mejor que pudo.
Cuando el timbre señaló el descanso de la clase, Kaz recogió con parsimonia la bata y se la puso. Karou esperaba que no se atreviera a pasear por el estudio a sus anchas. Quédate donde estás, le suplicó mentalmente. Pero no le hizo caso, y se dirigió hacia ella.
—Oye, zopenco —le espetó Zuzana—. ¡Cuánta modestia!
Kaz ignoró el comentario y preguntó a Karou:
—¿Te gusta mi nuevo tatuaje?
Los demás compañeros se habían levantado para salir del aula, pero, en vez de dispersarse para fumar un cigarrillo o acudir al baño, se mantuvieron a una distancia que les permitiera escuchar la conversación.
—Claro —aseguró Karou con voz suave—. K de Kazimir, ¿no?
—Qué graciosa. Sabes de sobra lo que significa.
—Déjame que piense —caviló adoptando la postura de El pensador—. Existe una sola persona a la que quieres realmente, y su nombre empieza por K. Pero se me ocurre un lugar más adecuado que el corazón para colocar esa letra —cogió el lápiz y, en su último boceto de Kaz, escribió una K sobre su trasero de escultura clásica.
Zuzana soltó una carcajada y Kaz tensó la mandíbula.
Como la mayoría de los vanidosos, odiaba convertirse en objeto de burla.
—Yo no soy el único que lleva un tatuaje, ¿verdad, Karou?
—dijo él—. ¿Te lo ha enseñado? —le preguntó a Zuzana.
Esta dirigió a su amiga un suspicaz arqueo de cejas.
—No sé a cuál te refieres —mintió Karou sin inmutarse—. Tengo un montón de tatuajes.
Para demostrarlo no exhibió las palabras historia y real de sus muñecas, ni la serpiente enroscada en torno a su tobillo, ni ninguna de las otras obras de arte que se ocultaban en su cuerpo, sino que colocó las manos abiertas delante de su cara. En el centro de cada palma había un ojo perfilado con tinta color índigo, lo que convertía sus manos en hamsas, esos antiguos amuletos contra el mal de ojo. Los tatuajes en las palmas de las manos suelen perder intensidad con el tiempo, pero los de Karou se mantenían intactos. Estos ojos la acompañaban desde siempre y, por lo que sabía de su origen, podría haber nacido con ellos.
—Esos no —replicó Kaz—. Me refiero al que tienes justo encima del corazón, con la palabra Kazimir.
—Yo no tengo un tatuaje así —respondió con aparente contrariedad, y desabrochó los botones superiores de su jersey. Debajo llevaba una camiseta de tirantes, que bajó unos reveladores centímetros para demostrar que no había ningún tatuaje sobre su pecho. En esa parte del cuerpo su piel era blanquísima.
Kaz parpadeó sorprendido.
—Pero ¿cómo lo has hecho?
—Ven conmigo.
Zuzana cogió a Karou de la mano y la arrastró. Al pasar entre los caballetes, todos los ojos se clavaron en ella con curiosidad.
—Karou, ¿habéis roto? —susurró Helen en inglés.
Zuzana levantó la mano con gesto imperioso y la obligó a callar, antes de sacar a Karou del estudio y empujarla hasta el baño de las chicas. Allí, con las cejas aún arqueadas, le preguntó:
—¿Qué demonios ha significado eso?
—¿A qué te refieres?
—¿Que a qué me refiero? Prácticamente te has desnudado delante de él.
—No exageres.
—No importa. ¿Y qué era eso de un tatuaje sobre el corazón?
—Tú misma lo has visto, no tengo ningún tatuaje en el pecho.
Karou prefirió omitir que dicho tatuaje sí había existido; prefería fingir que nunca había sido tan estúpida. Además, habría resultado difícil explicar cómo se había deshecho de él.
—Bueno, mejor. Solo te faltaba tener el nombre de ese idiota grabado en el cuerpo. ¿Has visto su comportamiento? ¿Piensa que pavoneándose de ese modo vas a salir corriendo detrás de él?
—Así es —afirmó Karou—. Esa es su idea de un gesto romántico.
—Lo único que tienes que hacer es comentarle a Fiala que es un acosador, y le echará de una patada en el culo.
Karou había considerado esa opción, pero negó con la cabeza. Estaba segura de que encontraría una forma más adecuada de sacar a Kaz de su clase y de su vida, ya que disponía de medios que la mayoría de la gente no poseía. Pensaría en algo.
—A pesar de todo, no resulta ningún sacrificio dibujarlo
—Zuzana se acercó al espejo y retiró los mechones de pelo negro que caían sobre su frente—. Eso hay que admitirlo.
—Sí. Es una pena que sea tan imbécil.
—Un enorme y estúpido gilipollas —añadió Zuzana.
—Un caraculo con boca y patas.
—Caraculo —rió Zuzana—. Me gusta.
De repente, una idea asaltó a Karou, y una sonrisa ligeramente maliciosa iluminó su rostro.
—¿Qué pasa? —preguntó Zuzana al percibir el gesto.
—Nada. Es mejor que volvamos.
—¿Estás segura? No tienes por qué hacerlo.
Karou asintió con la cabeza.
—Claro que sí.
Kaz había disfrutado de toda la satisfacción que obtendría de su pequeño ardid. Ahora le tocaba a Karou. De vuelta al estudio, acarició el collar multicolor de varias vueltas que rodeaba su cuello, elaborado con lo que parecían cuentas africanas. Sin embargo, eran más que eso, no mucho más, pero suficiente para los planes de Karou.
Capitulo 2
Una especie de exhibición
Los lunes, los miércoles y los viernes, la primera clase de Karou era dibujo del natural. Cuando entró en el estudio, su amiga Zuzana ya estaba allí y había colocado dos caballetes frente a la tarima del modelo. Karou descargó la carpeta de su hombro, se quitó el abrigo y la bufanda y comentó: —Me han acosado.
Su amiga arqueó una ceja con la maestría que poseía para ese tipo de gestos, y que tanta envidia provocaba en Karou. Ella no lograba mover las suyas de forma independiente, lo que restaba intensidad a sus expresiones de desconfianza y desdén.Zuzana transmitía ambos sentimientos a la perfección, pero en este caso se trataba de un movimiento más sutil, de mera curiosidad.
—No me digas que el zopenco ha tratado de asustarte otra vez.
—Está pasando por una fase vampírica. Me mordió el cuello.
—Vaya con los actores —refunfuñó Zuzana—. Lo que deberías hacer es defenderte de ese fracasado con un Taser. Para que aprenda a no ir por ahí saltando encima de la gente.
—No tengo una pistola de esas —Karou no añadió que tampoco la necesitaba; era perfectamente capaz de defenderse sin electricidad. Había recibido una educación muy especial.
—Pues consigue una. De verdad. El mal comportamiento debe ser castigado. Y además, sería divertido. ¿No crees? Siempre he querido disparar una. ¡Zas! —Zuzana se agitó como si sufriera convulsiones.
Karou sacudió la cabeza.
—De eso nada, pequeña salvaje, no creo que fuera divertido. Eres terrible.
—Yo no soy terrible. Kaz sí. Dime que no tengo que recordártelo —Zuzana clavó la mirada en Karou—. Prométeme que no estás ni siquiera considerando perdonarle.
—Te lo prometo —afirmó Karou—. Solo intento que él lo crea.
Kaz no concebía que una chica decidiera renunciar a sus encantos. Y ella no había hecho más que reforzar su vanidad durante los meses que había durado su relación, mirándole con ojos soñadores, entregándole… ¿todo? Karou pensaba que sus actuales intentos de cortejarla eran mero fruto del orgullo, para demostrarse a sí mismo que podía conseguir lo que quisiera. Que las decisiones las tomaba él.
Quizá Zuzana tuviera razón. Tal vez debería electrocutarle.
—Cuaderno de bocetos —ordenó Zuzana extendiendo la mano como el cirujano que solicita un escalpelo.
La mejor amiga de Karou era tan autoritaria como menuda: solo superaba el metro y medio cuando se calzaba sus botas de plataforma. Karou medía 1,70, aunque parecía más alta, igual que las bailarinas, con sus delicados cuellos y extremidades esbeltas. Su complexión se asemejaba mucho a la de una bailarina, pero no así su estilo. Pocas bailarinas llevan el pelo azul brillante o un rosario de tatuajes por el cuerpo, y Karou lucía ambos.
Al sacar el cuaderno de bocetos y entregárselo a su amiga, los únicos tatuajes que quedaron a la vista fueron los de sus muñecas; una sola palabra, a modo de brazalete, en cada una: historia y real.
Cuando Zuzana tomó el cuaderno, otros dos estudiantes, Pavel y Dina, se acercaron rápidamente para escudriñar por encima de su hombro. Los cuadernos de Karou eran objeto de culto en la escuela, y cada día pasaban de mano en mano para ser admirados. Este, el número 92 de una serie que abarcaba toda su vida, estaba sujeto con gomas y, tan pronto como Zuzana las retiró, se abrió de golpe. Las páginas estaban tan cubiertas de yeso y pintura que las tapas apenas podían contenerlas. En aquel abanico de hojas surgieron los personajes habituales de Karou, profundamente extraños y representados con maestría.
Allí estaba Issa, serpiente de cintura para abajo y mujer de cintura para arriba, con los pechos turgentes y desnudos de las tallas del Kama Sutra, la capucha y los colmillos de una cobra y un rostro bondadoso.
Twiga, con cuello de jirafa y encorvado con su lupa de joyero incrustada en su ojo entrecerrado.
Yasri, con pico de loro, ojos humanos y una cascada de rizos anaranjados que escapaban del pañuelo que le cubría la cabeza. Esta vez aparecía con una bandeja de fruta y una jarra de vino.
Y por supuesto, Brimstone, la estrella de sus dibujos. Lo había representado con Kishmish posado en uno de sus enormes cuernos de carnero. En las historias fantásticas que Karou relataba en sus cuadernos, Brimstone comerciaba con deseos. En ocasiones, lo apodaba el «Traficante de Deseos», en otras, simplemente el «Gruñón».
Karou dibujaba aquellas criaturas desde que era pequeña, y sus amigos solían hablar de ellas como si fueran reales.
—¿Qué ha hecho Brimstone este fin de semana? —preguntó Zuzana.
—Lo habitual —respondió Karou—. Comprar dientes a asesinos. Ayer un repugnante furtivo somalí le llevó dientes de cocodrilo del Nilo, pero el muy idiota trató de robar a Brimstone y estuvo a punto de morir estrangulado por su collar de serpiente. Tiene suerte de seguir vivo.
Zuzana encontró la escena ilustrada en las últimas páginas dibujadas del cuaderno: el somalí, con los ojos desencajados y una delgadísima serpiente comprimiéndole la garganta como la soga de un garrote. Karou le había explicado que para entrar en la tienda de Brimstone, los humanos debían acceder a colocarse una de las serpientes de Issa en torno al cuello. De aquel modo, resultaba sencillo atajar cualquier maniobra sospechosa (por estrangulación, que no siempre era mortal, o, en caso necesario, con una mordedura en la garganta, que sí lo era).
—Estás como una cabra, ¿cómo te inventas todo esto? —preguntó Zuzana con asombro y envidia.
—¿Quién ha dicho que lo invente? No dejo de repetirte que es real.
—Ya, y tu pelo crece con ese color de forma natural, ¿no?
—Claro que sí —afirmó Karou pasando un largo mechón azulado entre sus dedos.
—Ya, lo que tú digas.
Karou se encogió de hombros y recogió su cabellera en un enmarañado moño, que se sujetó a la nuca con un pincel. Su pelo crecía realmente de aquel color, tan azul como el ultramarino recién salido del tubo de pintura, pero lo afirmaba con un toque de ironía, como si fuera algo absurdo. Con el paso del tiempo, había descubierto que bastaba una sonrisa lánguida para que su sinceridad pasara desapercibida. Resultaba más
sencillo que recordar un montón de mentiras, así que quedó integrado en su forma de ser: Karou, la chica con sonrisa irónica y desbordante imaginación.
En realidad, todas aquellas locuras no nacían de su imaginación, sino de su propia vida —el pelo azul, Brimstone y todo lo demás—.
Zuzana alargó el cuaderno a Pavel y comenzó a pasar las hojas de su enorme bloc de dibujo en busca de una hoja en blanco.
—¿Quién posará hoy?
—Seguramente Wiktor —respondió Karou—. Hace bastante que no le tenemos de modelo.
—Lo sé. Y espero que se haya muerto.
—¡Zuzana!
—¿Qué? Es un vejestorio. Sería lo mismo dibujar un esqueleto que a ese decrépito saco de huesos.
Disponían de unos doce modelos, masculinos, femeninos y de edades y complexiones diversas, que se turnaban a lo largo del curso. Abarcaban desde la corpulenta señora Svobodnik, cuyas carnes se asemejaban más a un paisaje que a una figura, hasta la frágil Eliska, con su cintura de avispa, la preferida por los chicos de la clase. El viejo Wiktor era el que menos agradaba a Zuzana, que afirmaba tener pesadillas cada vez que debía dibujarlo.
—Parece una momia sin vendas —se estremeció—. Dime si mirar a un viejo desnudo es una forma adecuada de empezar el día.
—Mejor que ser atacada por un vampiro —replicó Karou.
De hecho, a Karou no le importaba dibujar a Wiktor, por una razón concreta: era tan miope que nunca establecía contacto visual con los estudiantes, lo que suponía una ventaja. A pesar de los años que llevaba dibujando desnudos, todavía la perturbaba esbozar a un modelo joven y encontrar sus ojos clavados en ella al levantar la mirada después de realizar un estudio de su pene —un estudio necesario; no se
podía dejar la zona en blanco sin más—. Muchas veces, al notar que las mejillas le ardían, Karou se había ocultado tras el caballete.
Aunque aquellas situaciones no tardarían en quedar reducidas a insignificancias, comparadas con la mortificación que le aguardaba.
Estaba afilando el lápiz con una cuchilla de afeitar cuando Zuzana exclamó con voz extraña y disgustada:
—¡Dios mío, Karou!
Supo lo que ocurría antes incluso de alzar la vista.
Una exhibición, había dicho él. Qué inteligente. Levantó los ojos del lapicero y vio a Kaz, de pie junto a la profesora Fiala. Iba descalzo y vestido con una bata, y con su larga cabellera dorada, minutos antes revuelta por el viento y cubierta de brillantes copos de nieve, recogida en una coleta. Su rostro mostraba una perfecta combinación de rasgos eslavos y líneas sensuales: pómulos que parecían torneados por un cortador de diamantes, y labios que invitaban a rozarlos con la yema de los dedos para comprobar si tenían tacto de terciopelo. Karou sabía que así era. Estúpidos labios.
Un aluvión de susurros invadió la estancia. Un modelo nuevo, Dios mío, qué guapo…
Un comentario destacó entre el resto:
—¿No es el novio de Karou?
Ex, deseó replicar ella con brusquedad. Absolutamente ex.
—Creo que sí. Mírale…
Karou estaba mirándole, con la expresión congelada en lo que deseaba fuera una máscara de tranquilidad impenetrable. No te ruborices, se ordenó a sí misma. No te ruborices. Kaz le devolvió la mirada con ojos perezosos y divertidos, y una sonrisa que le dibujaba un hoyuelo en una de las mejillas. Y, cuando estuvo seguro de contar con su atención, le guiñó un ojo con descaro.
Un estallido de risitas envolvió a Karou.
—Maldito bastardo… —musitó Zuzana.
Kaz se subió a la tarima del modelo, miró directamente a Karou mientras se desataba el cinturón y, sin retirar los ojos de ella, se quitó la bata. Entonces apareció, delante de toda la clase, el cuerpo de su ex novio, increíblemente bello y desnudo como el David de Miguel Ángel. Y sobre su pecho, justo enci
ma del corazón, un nuevo tatuaje.
Una elaborada K en cursiva.
De nuevo se escucharon risas ahogadas. Los estudiantes no sabían a quién mirar, si a Karou o a Kazimir, y dirigían los ojos de uno a otro, esperando que estallara el conflicto.
—¡Silencio! —ordenó consternada la señora Fiala, sin dejar de dar palmadas hasta que se sofocaron las risitas.
En ese momento, Karou sintió cómo el rubor encendía su cara. No pudo evitarlo. El calor le invadió primero el pecho y el cuello, y luego todo el rostro. Kaz no dejaba de mirarla y, cuando percibió la reacción de Karou, la satisfacción marcó aún más el hoyuelo de su mejilla.
—Kazimir, por favor, posturas de un minuto —solicitó Fiala.
Kaz adoptó la primera postura y fue cambiándola, como correspondía a ese tipo de ejercicio dinámico: torso girado, músculos tensos, extremidades estiradas simulando acción. El objetivo de estos primeros bocetos era trabajar el movimiento y las líneas sueltas, y Kaz aprovechó la oportunidad para exhibirse. Karou pensó que no se escuchaban muchos lápices rascando el papel. ¿Estarían las demás chicas de la clase tan estúpidamente embelesadas como ella?
Bajó la cabeza, tomó el lápiz afilado —imaginando otros usos a los que le encantaría dedicarlo— y comenzó a dibujar. Líneas rápidas y fluidas y todos los bocetos en una sola página, solapados para dar la sensación de una ilustración de danza.
Kaz se movía con elegancia y, como había dedicado tanto tiempo a contemplarse en el espejo, sabía utilizar su cuerpo para impresionar. Era una herramienta más del actor, como él mismo habría afirmado, igual que la voz. Kaz era un actor pésimo —por eso se ganaba la vida organizando visitas turísticas fantasmagóricas y participando en alguna producción de bajo presupuesto de Fausto—, pero resultaba un modelo magnífico. Karou lo sabía bien, ya que le había dibujado en numerosas ocasiones.
Desde el primer momento que le vio… expuesto…, le había recordado una pintura de Miguel Ángel. Al contrario de algunos artistas renacentistas que preferían modelos delgados y amanerados, Miguel Ángel optó por mineros de hombros robustos a los que, de alguna manera, consiguió representar con sensualidad y elegancia. Así era Kaz: sensual y elegante.
Y embustero. Y narcisista. Y, sinceramente, algo tonto.
—¡Karou! —cuchicheó Helen, una estudiante británica, tratando de llamar su atención con insistencia—. ¿Es él?
Karou la ignoró y siguió dibujando como si no ocurriera nada excepcional. Otro día más de clase. ¿Y el hoyuelo insolente en la mejilla del modelo, que no le quitaba los ojos de encima? Trató de sobreponerse a ello lo mejor que pudo.
Cuando el timbre señaló el descanso de la clase, Kaz recogió con parsimonia la bata y se la puso. Karou esperaba que no se atreviera a pasear por el estudio a sus anchas. Quédate donde estás, le suplicó mentalmente. Pero no le hizo caso, y se dirigió hacia ella.
—Oye, zopenco —le espetó Zuzana—. ¡Cuánta modestia!
Kaz ignoró el comentario y preguntó a Karou:
—¿Te gusta mi nuevo tatuaje?
Los demás compañeros se habían levantado para salir del aula, pero, en vez de dispersarse para fumar un cigarrillo o acudir al baño, se mantuvieron a una distancia que les permitiera escuchar la conversación.
—Claro —aseguró Karou con voz suave—. K de Kazimir, ¿no?
—Qué graciosa. Sabes de sobra lo que significa.
—Déjame que piense —caviló adoptando la postura de El pensador—. Existe una sola persona a la que quieres realmente, y su nombre empieza por K. Pero se me ocurre un lugar más adecuado que el corazón para colocar esa letra —cogió el lápiz y, en su último boceto de Kaz, escribió una K sobre su trasero de escultura clásica.
Zuzana soltó una carcajada y Kaz tensó la mandíbula.
Como la mayoría de los vanidosos, odiaba convertirse en objeto de burla.
—Yo no soy el único que lleva un tatuaje, ¿verdad, Karou?
—dijo él—. ¿Te lo ha enseñado? —le preguntó a Zuzana.
Esta dirigió a su amiga un suspicaz arqueo de cejas.
—No sé a cuál te refieres —mintió Karou sin inmutarse—. Tengo un montón de tatuajes.
Para demostrarlo no exhibió las palabras historia y real de sus muñecas, ni la serpiente enroscada en torno a su tobillo, ni ninguna de las otras obras de arte que se ocultaban en su cuerpo, sino que colocó las manos abiertas delante de su cara. En el centro de cada palma había un ojo perfilado con tinta color índigo, lo que convertía sus manos en hamsas, esos antiguos amuletos contra el mal de ojo. Los tatuajes en las palmas de las manos suelen perder intensidad con el tiempo, pero los de Karou se mantenían intactos. Estos ojos la acompañaban desde siempre y, por lo que sabía de su origen, podría haber nacido con ellos.
—Esos no —replicó Kaz—. Me refiero al que tienes justo encima del corazón, con la palabra Kazimir.
—Yo no tengo un tatuaje así —respondió con aparente contrariedad, y desabrochó los botones superiores de su jersey. Debajo llevaba una camiseta de tirantes, que bajó unos reveladores centímetros para demostrar que no había ningún tatuaje sobre su pecho. En esa parte del cuerpo su piel era blanquísima.
Kaz parpadeó sorprendido.
—Pero ¿cómo lo has hecho?
—Ven conmigo.
Zuzana cogió a Karou de la mano y la arrastró. Al pasar entre los caballetes, todos los ojos se clavaron en ella con curiosidad.
—Karou, ¿habéis roto? —susurró Helen en inglés.
Zuzana levantó la mano con gesto imperioso y la obligó a callar, antes de sacar a Karou del estudio y empujarla hasta el baño de las chicas. Allí, con las cejas aún arqueadas, le preguntó:
—¿Qué demonios ha significado eso?
—¿A qué te refieres?
—¿Que a qué me refiero? Prácticamente te has desnudado delante de él.
—No exageres.
—No importa. ¿Y qué era eso de un tatuaje sobre el corazón?
—Tú misma lo has visto, no tengo ningún tatuaje en el pecho.
Karou prefirió omitir que dicho tatuaje sí había existido; prefería fingir que nunca había sido tan estúpida. Además, habría resultado difícil explicar cómo se había deshecho de él.
—Bueno, mejor. Solo te faltaba tener el nombre de ese idiota grabado en el cuerpo. ¿Has visto su comportamiento? ¿Piensa que pavoneándose de ese modo vas a salir corriendo detrás de él?
—Así es —afirmó Karou—. Esa es su idea de un gesto romántico.
—Lo único que tienes que hacer es comentarle a Fiala que es un acosador, y le echará de una patada en el culo.
Karou había considerado esa opción, pero negó con la cabeza. Estaba segura de que encontraría una forma más adecuada de sacar a Kaz de su clase y de su vida, ya que disponía de medios que la mayoría de la gente no poseía. Pensaría en algo.
—A pesar de todo, no resulta ningún sacrificio dibujarlo
—Zuzana se acercó al espejo y retiró los mechones de pelo negro que caían sobre su frente—. Eso hay que admitirlo.
—Sí. Es una pena que sea tan imbécil.
—Un enorme y estúpido gilipollas —añadió Zuzana.
—Un caraculo con boca y patas.
—Caraculo —rió Zuzana—. Me gusta.
De repente, una idea asaltó a Karou, y una sonrisa ligeramente maliciosa iluminó su rostro.
—¿Qué pasa? —preguntó Zuzana al percibir el gesto.
—Nada. Es mejor que volvamos.
—¿Estás segura? No tienes por qué hacerlo.
Karou asintió con la cabeza.
—Claro que sí.
Kaz había disfrutado de toda la satisfacción que obtendría de su pequeño ardid. Ahora le tocaba a Karou. De vuelta al estudio, acarició el collar multicolor de varias vueltas que rodeaba su cuello, elaborado con lo que parecían cuentas africanas. Sin embargo, eran más que eso, no mucho más, pero suficiente para los planes de Karou.
miércoles, 18 de abril de 2012
Primer capítulo
Hello people :P hoy vengo a mostrarles el primero capitulo del libro, para los que aun no lo han leído y sepan de q trata ;) Enjoy!
Capitulo 1
Es imposible asustarte
De camino a la escuela, sobre los adoquines acolchados por la nieve, Karou no tuvo ningún mal presagio respecto a lo que le depararía el día. Parecía un lunes cualquiera, inocente excepto por su propia esencia de lunes, sin mencionar que era de enero. Hacía frío y aún no había amanecido —en el apogeo del invierno, el sol no salía hasta las ocho—, pero el ambiente era agradable. La incesante nevada y lo temprano de la hora otorgaban a Praga un aspecto fantasmal, como de ferrotipo, toda plateada y cubierta de bruma.
Por la calle que flanqueaba el río, los tranvías y los autobuses circulaban con el estruendo típico del siglo xxi; sin embargo, en las calles más tranquilas, la paz invernal evocaba otra época. La nieve, los adoquines, la luz espectral, las propias pisadas de Karou y el humo de su taza de café, ella sola y abstraída en pensamientos mundanos: la escuela, tareas pendientes.
Y cuando algún sentimiento doloroso se inmiscuía en sus pensamientos, desechaba la amargura con resolución, dispuesta a olvidarlo todo.
Sostenía la taza de café con una mano y con la otra mano tenía cerrado el abrigo. De su hombro colgaba un portafolio de dibujo y sobre su pelo —largo, suelto y de color azul eléctrico— se había formado un encaje de copos de nieve.
Era un día cualquiera.
Pero algo ocurrió.
Un gruñido, unas pisadas atropelladas y alguien que la agarraba por detrás, sujetándola con fuerza contra un robusto pecho masculino, a la vez que unas manos le arrancaban la bufanda y unos dientes —dientes— rozaban su cuello.
La estaba mordiendo.
Su atacante la estaba mordiendo.
Con fastidio, trató de desembarazarse de él sin derramar el café, pero no pudo evitar que parte se vertiera sobre la nieve
sucia.
—Por Dios, Kaz, quítate de encima —dijo bruscamente, volviéndose hacia su ex novio.
La tenue luz de la farola iluminaba el bello rostro del muchacho. Una belleza estúpida, pensó Karou, y le apartó de un empujón. Una cara estúpida.
—¿Cómo has sabido que era yo? —preguntó él.
—Siempre eres tú. Y nunca funciona.
Kazimir se ganaba la vida ocultándose detrás de cualquier cosa para aparecer después por sorpresa, y le frustraba no provocar en Karou ni el más mínimo sobresalto.
—Es imposible asustarte —se quejó haciendo el mohín que creía irresistible.
Hasta hacía poco, ella habría sucumbido a aquel gesto. Se habría alzado de puntillas para rozar con la lengua su labio inferior fruncido, de forma suave y lánguida, antes de tomarlo entre los dientes, juguetear con él y abandonarse a un beso que la derretiría como miel al sol.
Pero aquellos días quedaban ya muy lejanos.
—Tal vez no des miedo —sugirió Karou, y retomó su camino.
Kaz la alcanzó y empezó a caminar a su lado, con las manos en los bolsillos.
—Sí doy miedo. ¿El gruñido? ¿El mordisco? A cualquier persona normal le habría dado un infarto. Menos a ti, que parece que no tienes sangre en las venas —al notar que le ignoraba, añadió—: Josef y yo hemos ideado una nueva visita por la ciudad. Recorrido vampírico por el casco antiguo. Los turistas se volverán locos.
Seguro que sí, pensó Karou. Los turistas pagaban bastante por las «visitas fantasmagóricas» de Kaz, que consistían en recorrer el laberinto de callejuelas de Praga en la más absoluta oscuridad, deteniéndose en supuestos escenarios de asesinatos donde, ocultos tras las puertas, los esperaban «fantasmas» que aparecían de repente y les arrancaban gritos aterrorizados. Ella misma había interpretado en varias ocasiones a un fantasma, con una cabeza ensangrentada en la mano y gimiendo mientras los alaridos de los turistas se transformaban en risas. Había sido divertido.
La relación con Kaz había sido divertida. Pero ya no.
—Buena suerte —le deseó con voz inexpresiva y mirando
hacia delante.
—Podrías formar parte del reparto —continuó Kaz.
—No.
—Serías una vampiresa sexy.
—No.
—Seducirías a los hombres…
—No.
—Y podrías ponerte tu capa…
Karou se puso tensa.
Dulcemente, Kaz trató de sonsacarle:
—Todavía la tienes, ¿verdad, cariño? Esa prenda de seda negra sobre tu piel blanca es lo más hermoso que he visto jamás.
—Cállate —murmuró Karou entre dientes, y se detuvo en el centro de la plaza Maltese. Dios mío, pensó. Lo estúpida que había sido al enamorarse de aquel atractivo actorzuelo, al disfrazarse para él, al regalarle recuerdos como aquel. Increíblemente estúpida.
Solitariamente estúpida.
Kaz alzó la mano para retirarle un copo de nieve de las pestañas, pero ella gruñó:
—Como me toques, te tiro el café a la cara.
Él retiró la mano.
—Tranquila, fierecilla. ¿Cuándo dejarás de pelear conmigo? Te dije que lo sentía.
—Pues siéntelo, pero en otra parte.
Hablaban en checo, ella con un acento adquirido tan perfecto como el nativo de él.
Kaz suspiró, irritado porque Karou se negaba aún a admitir sus disculpas. Eso no aparecía en su guión.
—Vamos —dijo tratando de convencerla. Su voz era al mismo tiempo áspera y suave, como la mezcla de lija y terciopelo de un cantante de blues—. Tú y yo estamos destinados a estar juntos.
Destinados. Karou esperaba sinceramente que si su «destino» se encontraba ligado a alguien, no fuera a Kaz. Le miró, el atractivo Kazimir, cuya sonrisa solía actuar sobre ella como una llamada, atrayéndola a su lado. Aquellos brazos donde todo parecía maravilloso, como si allí los colores y las sensaciones adquirieran intensidad. Aquellos brazos que, como había descubierto, eran un destino popular, al que acudían otras chicas cuando ella no estaba.
—Ofrécele a Svetla el papel de vampiresa —dijo—. Se lo sabe de memoria.
Kaz pareció dolido.
—No quiero a Svetla. Te quiero a ti.
—Lo siento, pero yo no soy una opción.
—No digas eso —respondió él tratando de cogerle la mano.
Karou retrocedió, empujada por una punzada de dolor que surgía a pesar de sus esfuerzos por mantenerse distante.
No merece la pena, se aseguró a sí misma. Ni lo más mínimo.
—¿Te das cuenta de que me estás acosando?
—Yo no te estoy acosando. Da la casualidad de que voy en esta misma dirección.
—Claro —refunfuñó Karou.
Apenas faltaban unos portales para llegar a su escuela. El Liceo de Arte de Bohemia era una institución privada que se encontraba en un palacio barroco de muros rosados. Durante la ocupación nazi, dos jóvenes nacionalistas checos habían degollado en aquel edificio a un comandante de la Gestapo y garabateado con su sangre la palabra libertad. Un acto de rebeldía efímero y valiente antes de ser capturados y empalados en los remates de la puerta del patio. Ahora los estudiantes se arremolinaban en torno a aquella misma puerta, fumando o esperando a sus compañeros. Pero Kaz no era un estudiante —tenía veinte años, era mayor que Karou—, y ella no recordaba haberle visto jamás fuera de la cama antes del mediodía.
—¿Cómo estás levantado a estas horas?
—Tengo un nuevo trabajo —respondió él—. Empiezo temprano.
—¿Vas a hacer rutas vampíricas matutinas?
—No. Es otra cosa. Una especie de… exhibición —en su cara se dibujó una sonrisa. Se estaba deleitando. Quería que le preguntara cuál era ese nuevo trabajo. Pero Karou no estaba dispuesta a satisfacerle.
—Diviértete —dijo con perfecto desinterés, y comenzó a alejarse.
—¿No quieres saber de qué se trata? —gritó Kaz. Seguía sonriendo, podía notarlo en su voz.
—No me interesa —respondió Karou, y franqueó la puerta.
* * *
Sin embargo, debería haberlo preguntado
De camino a la escuela, sobre los adoquines acolchados por la nieve, Karou no tuvo ningún mal presagio respecto a lo que le depararía el día. Parecía un lunes cualquiera, inocente excepto por su propia esencia de lunes, sin mencionar que era de enero. Hacía frío y aún no había amanecido —en el apogeo del invierno, el sol no salía hasta las ocho—, pero el ambiente era agradable. La incesante nevada y lo temprano de la hora otorgaban a Praga un aspecto fantasmal, como de ferrotipo, toda plateada y cubierta de bruma.
Por la calle que flanqueaba el río, los tranvías y los autobuses circulaban con el estruendo típico del siglo xxi; sin embargo, en las calles más tranquilas, la paz invernal evocaba otra época. La nieve, los adoquines, la luz espectral, las propias pisadas de Karou y el humo de su taza de café, ella sola y abstraída en pensamientos mundanos: la escuela, tareas pendientes.
Y cuando algún sentimiento doloroso se inmiscuía en sus pensamientos, desechaba la amargura con resolución, dispuesta a olvidarlo todo.
Sostenía la taza de café con una mano y con la otra mano tenía cerrado el abrigo. De su hombro colgaba un portafolio de dibujo y sobre su pelo —largo, suelto y de color azul eléctrico— se había formado un encaje de copos de nieve.
Era un día cualquiera.
Pero algo ocurrió.
Un gruñido, unas pisadas atropelladas y alguien que la agarraba por detrás, sujetándola con fuerza contra un robusto pecho masculino, a la vez que unas manos le arrancaban la bufanda y unos dientes —dientes— rozaban su cuello.
La estaba mordiendo.
Su atacante la estaba mordiendo.
Con fastidio, trató de desembarazarse de él sin derramar el café, pero no pudo evitar que parte se vertiera sobre la nieve
sucia.
—Por Dios, Kaz, quítate de encima —dijo bruscamente, volviéndose hacia su ex novio.
La tenue luz de la farola iluminaba el bello rostro del muchacho. Una belleza estúpida, pensó Karou, y le apartó de un empujón. Una cara estúpida.
—¿Cómo has sabido que era yo? —preguntó él.
—Siempre eres tú. Y nunca funciona.
Kazimir se ganaba la vida ocultándose detrás de cualquier cosa para aparecer después por sorpresa, y le frustraba no provocar en Karou ni el más mínimo sobresalto.
—Es imposible asustarte —se quejó haciendo el mohín que creía irresistible.
Hasta hacía poco, ella habría sucumbido a aquel gesto. Se habría alzado de puntillas para rozar con la lengua su labio inferior fruncido, de forma suave y lánguida, antes de tomarlo entre los dientes, juguetear con él y abandonarse a un beso que la derretiría como miel al sol.
Pero aquellos días quedaban ya muy lejanos.
—Tal vez no des miedo —sugirió Karou, y retomó su camino.
Kaz la alcanzó y empezó a caminar a su lado, con las manos en los bolsillos.
—Sí doy miedo. ¿El gruñido? ¿El mordisco? A cualquier persona normal le habría dado un infarto. Menos a ti, que parece que no tienes sangre en las venas —al notar que le ignoraba, añadió—: Josef y yo hemos ideado una nueva visita por la ciudad. Recorrido vampírico por el casco antiguo. Los turistas se volverán locos.
Seguro que sí, pensó Karou. Los turistas pagaban bastante por las «visitas fantasmagóricas» de Kaz, que consistían en recorrer el laberinto de callejuelas de Praga en la más absoluta oscuridad, deteniéndose en supuestos escenarios de asesinatos donde, ocultos tras las puertas, los esperaban «fantasmas» que aparecían de repente y les arrancaban gritos aterrorizados. Ella misma había interpretado en varias ocasiones a un fantasma, con una cabeza ensangrentada en la mano y gimiendo mientras los alaridos de los turistas se transformaban en risas. Había sido divertido.
La relación con Kaz había sido divertida. Pero ya no.
—Buena suerte —le deseó con voz inexpresiva y mirando
hacia delante.
—Podrías formar parte del reparto —continuó Kaz.
—No.
—Serías una vampiresa sexy.
—No.
—Seducirías a los hombres…
—No.
—Y podrías ponerte tu capa…
Karou se puso tensa.
Dulcemente, Kaz trató de sonsacarle:
—Todavía la tienes, ¿verdad, cariño? Esa prenda de seda negra sobre tu piel blanca es lo más hermoso que he visto jamás.
—Cállate —murmuró Karou entre dientes, y se detuvo en el centro de la plaza Maltese. Dios mío, pensó. Lo estúpida que había sido al enamorarse de aquel atractivo actorzuelo, al disfrazarse para él, al regalarle recuerdos como aquel. Increíblemente estúpida.
Solitariamente estúpida.
Kaz alzó la mano para retirarle un copo de nieve de las pestañas, pero ella gruñó:
—Como me toques, te tiro el café a la cara.
Él retiró la mano.
—Tranquila, fierecilla. ¿Cuándo dejarás de pelear conmigo? Te dije que lo sentía.
—Pues siéntelo, pero en otra parte.
Hablaban en checo, ella con un acento adquirido tan perfecto como el nativo de él.
Kaz suspiró, irritado porque Karou se negaba aún a admitir sus disculpas. Eso no aparecía en su guión.
—Vamos —dijo tratando de convencerla. Su voz era al mismo tiempo áspera y suave, como la mezcla de lija y terciopelo de un cantante de blues—. Tú y yo estamos destinados a estar juntos.
Destinados. Karou esperaba sinceramente que si su «destino» se encontraba ligado a alguien, no fuera a Kaz. Le miró, el atractivo Kazimir, cuya sonrisa solía actuar sobre ella como una llamada, atrayéndola a su lado. Aquellos brazos donde todo parecía maravilloso, como si allí los colores y las sensaciones adquirieran intensidad. Aquellos brazos que, como había descubierto, eran un destino popular, al que acudían otras chicas cuando ella no estaba.
—Ofrécele a Svetla el papel de vampiresa —dijo—. Se lo sabe de memoria.
Kaz pareció dolido.
—No quiero a Svetla. Te quiero a ti.
—Lo siento, pero yo no soy una opción.
—No digas eso —respondió él tratando de cogerle la mano.
Karou retrocedió, empujada por una punzada de dolor que surgía a pesar de sus esfuerzos por mantenerse distante.
No merece la pena, se aseguró a sí misma. Ni lo más mínimo.
—¿Te das cuenta de que me estás acosando?
—Yo no te estoy acosando. Da la casualidad de que voy en esta misma dirección.
—Claro —refunfuñó Karou.
Apenas faltaban unos portales para llegar a su escuela. El Liceo de Arte de Bohemia era una institución privada que se encontraba en un palacio barroco de muros rosados. Durante la ocupación nazi, dos jóvenes nacionalistas checos habían degollado en aquel edificio a un comandante de la Gestapo y garabateado con su sangre la palabra libertad. Un acto de rebeldía efímero y valiente antes de ser capturados y empalados en los remates de la puerta del patio. Ahora los estudiantes se arremolinaban en torno a aquella misma puerta, fumando o esperando a sus compañeros. Pero Kaz no era un estudiante —tenía veinte años, era mayor que Karou—, y ella no recordaba haberle visto jamás fuera de la cama antes del mediodía.
—¿Cómo estás levantado a estas horas?
—Tengo un nuevo trabajo —respondió él—. Empiezo temprano.
—¿Vas a hacer rutas vampíricas matutinas?
—No. Es otra cosa. Una especie de… exhibición —en su cara se dibujó una sonrisa. Se estaba deleitando. Quería que le preguntara cuál era ese nuevo trabajo. Pero Karou no estaba dispuesta a satisfacerle.
—Diviértete —dijo con perfecto desinterés, y comenzó a alejarse.
—¿No quieres saber de qué se trata? —gritó Kaz. Seguía sonriendo, podía notarlo en su voz.
—No me interesa —respondió Karou, y franqueó la puerta.
* * *
Sin embargo, debería haberlo preguntado
Suscribirse a:
Entradas (Atom)